La edificación, de dimensiones modestas y aspecto humilde, está constituida por una sola crujía cuadrangular, de dos alturas, de modo que adosa su lado mayor a la calle. Dispone de un patio trasero, cuyo límite posterior se trunca por el paso del barranco de Las Monjas. La fachada, orientada al nor-noroeste -siguiendo la alineación de la calle-, presenta tres vanos ordenados de manera asimétrica: dos ventanas de cuarterones en planta alta, adosadas al alero; y una puerta, de reducido tamaño, bajo la ventana situada a la izquierda. En un lateral de la vivienda, fuera del volumen del cuerpo principal, existe un acceso descubierto y estrecho al patio trasero. A este espacio, privado, da una segunda fachada con una ventana, en planta alta, ésta sin montante acristalado. La carpintería es de madera de labra sencilla, con cuarterones lisos. No obstante, las puertas, tanto la de acceso a la vivienda como la de acceso lateral, han sido sustituidas ambas por unas actuales de aluminio lacado en color verde, aunque en la puerta principal se han respetado las jambas primitivas de madera.
Las ventanas, de batientes, son las originales del momento de construcción de la casa, y se componen de tres partes diferenciadas, típicas en la arquitectura tradicional canaria: antepecho, parte principal, y montante superior. El antepecho presenta tres cuarterones lisos. La parte central de las ventanas, de dos hojas, está labrada con cojinetes lisos que se ordenan condicionados por la posición centrada de los postigos, igualmente labrados. En la parte superior destacan los montantes acristalados, de dos baquetillas, tras los cuales existen hojas tapaluces siguiendo el diseño de la ventana.
La cubierta que presenta la casa es inclinada a tres aguas, de teja curva, de manera que las vertientes desaguan a la calle, al patio trasero y al pasaje lateral. A simple vista, atendiendo a la cuidada disposición de las tejas y al sano aspecto de las mismas, se observa que la cubierta ha sido rehabilitada en tiempo reciente. Probablemente, pues, la cubierta original fuera a cuatro aguas, como era usual en aquel tiempo, y que en la reciente actuación que ha sufrido se modificara a tres aguas para evitar que parte de ella desagüe en la medianera colindante -solución que actualmente está vedada-. El alero presenta una fila inferior de tejas cobijas, denominadas tradicionalmente dientes, cuyo fin es exclusivamente decorativo, por lo que igualmente no se puede afirmar que sea un acabado original de la casa o un añadido del momento de la restauración de la cubierta, dado el carácter humilde de la vivienda.
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