La Laguna manifiesta en cada paso por su geografía la importancia alcanzada siglos atrás como sede de las más altas instituciones civiles, militares y religiosas del archipiélago, presentando también un importante conjunto de edificios religiosos de menor entidad que atestiguan el caracter devoto de su población. El centro histórico de la ciudad está sembrado de hitos religiosos que van desde las pequeñas capillas de cruces hasta los grandes conventos, pasando por iglesias, parroquias y ermitas que rodeaban el núcleo urbano primitivo. Esta presencia de edificios religiosos jalonando el territorio tuvo sus inicios nada más concluir la Conquista en la Isla, ya que fue el propio Adelantado Alonso fernández de Lugo, quien dió orden de erigir templos y ermitas y favorecer con ello la expansión de la fe cristiana entre la población aborigen recien conquistada. es por tanto, en los albores del siglo XVI cuando se inician las primeras construcciones religiosas, que han logrado permanecer a través de los siglos, mas o menos transformadas, gracias a que han tenido un uso continuado y han sido lugares de devoción que despiertan la sensibilidad de los ciudadanos. Los factores que más cambios o variaciones han provocado en la morfología de estos edificios han sido desamortizaciones, incendios y defectos en la construcción. Tanto la Iglesia de la Concepción como la de Los Remedios han tenido una historia salpicada de incidentes, parecia que nunca se terminaban debido a sus constantes estados ruinosos. Los Conventos de San Francisco, Santa Clara y San Agustin han sido pasto de las llamas en distintos momentos. Las victimas de las desamortizaciones fueron de nuevo El Cristo, San Agustin y Santo Domingo, cambiando de uso y sufriendo, por tanto, graves transformaciones. Sin embargo, conservan gran parte de sus valores, mostrando hermosos trabajos en piedra y sobre todo en madera, tales como artesonados, balcones, ajimeces, galerias y todo tipo de bienes muebles. Los conventos masculinos, presentan la fachada principal en ángulo, de tal forma que la plaza adyacente es el resultado de un recorte urbano en el ángulo de la manzana, por ejemplo santo Domingo. Este ángulo conventual está definido por la iglesia y la entrada al edificio conventual a través de la portería, desde la cual se accdede al claustro principal. Estos conventos urbanos con sus amplias huertas y claustros, ocupaban áreas extensas, constituyendo por lo general grandes manzanas. Los conventos de monjas de clausura, en su origen eran viviendas antiguas conexionadas entre si. A partir de la casa fundacional, el convento se extendía a medida que la comunidad iba creciendo, las casa colindantes eran transformadas en celdas. De los conventos femeninos, sólo se mantienen hoy en día dos únicos ejemplos en Canarias, el de Santa Catalina de Siena, y Santa Clara, ambos en La Laguna. En el resto del archipiélago la desamortización del siglo XIX significó la destrucción. En el municipio de La Laguna según Viera y Clavijo se encuentran ventitres ermitas que fueron construidas en señal de gracia por haberles sido concedidas las peticiones invocadas, algunas de ellas por necesidades de culto y de incremento de los núcleos poblacionales donde se insertan, han sido elevadas a la categoría de iglesias o parroquias independientes. |