Texto de Gilberto Alemán (Rincones y Recuerdos de Tenerife).Edición de La Opinión.Ediciones Idea 2003. El 8 de diciembre de 1947 es designado Obispo de la Diócesis Nivariense don Domingo Pérez Cáceres. El día 21 de septiembre del mismo año sería consagrado como obispo. Era alcalde de la ciudad don Domingo Bello y del Castillo y Esclavo Mayor del Cristo don Cándido Luís García Sanjuan. El 19 entran en la ciudad el nuncio de S.S.Monseñor Cicognani y los obispos de Córdoba y Las Palmas de Gran Canaria los doctores González y Menéndez Reigada y Pildain. Eran las diez de la mañana cuando se inicia un Te Deum en la Catedral. Dos días después, el domingo 21, al toque del alba, todas las iglesias de la Diócesis echan al vuelo sus campanas anunciando los actos extraordinarios de la jornada. Bandas de música de todos los pueblos y ciudades recorren las calles interpretando alegres composiciones. Poco después de las siete y media de la mañana es recibida en La Laguna la imagen de San pedro Apóstol, patrono de la villa de Güimar, cuna del nuevo obispo tinerfeño. A las nueve y media se inicia la consagración episcopal de don Domingo Pérez Cáceres que es apadrinado por don Blas Pérez González, ministro de la Gobernación; por don Francisco garcía escámez, capitan general de Canarias y por don Fernando Beautell Meléndez a quien años mas tarde la iglesia distinguiría con el título pontificio de Conde de Santa María de Abona. Actúa de madrina doña María de las Mercedes Rodríguez salazar de Beautell, presidenta del Consejo Diocesano de Mujeres de Acción Católica. Una vez concluida la ceremonia religiosa el obispo acompañado de las autoridades y representaciones se dirige al obispado desde cuyo balcón don Domingo dirige unas palabras al pueblo.
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