Don Cristóbal Bencomo y Rodríguez nació en la lagunera calle del Agua, el 30 de agosto de 1758. Hijo de don Francisco Braulio Bencomo y doña Bárbara Rodríguez Fleitas. Inició sus estudios bajo la tutela de los frailes franciscanos del convento de San Miguel de las Victorias, que estaba muy próximo a su domicilio. Destacó en los estudios de Filosofía y Teología. Terminó sus estudios eclesiásticos y el obispo de Canarias le otorgó el título de predicador. Posteriormente se trasladó a Madrid, donde perfeccionó sus estudios de Literatura y Griego. El rey Carlos IV de España lo nombró profesor de Latín del príncipe de Asturias, con la dignidad de chantre de Plasencia. Fue nombrado confesor del príncipe Fernando VI, más tarde rey.
Tuvo un papel decisivo en la creación de la primera Universidad en Canarias, la Literaria de San Fernando de San Cristóbal de La Laguna. Impulsor de la creación de la Diócesis en 1819, dividiéndose la de Canarias en dos, una con sede en Las Palmas y otra en La Laguna. Junto a sus hermanos fue impulsor de las obras de la Catedral lagunera. Arzobispo titular de Heraclea in partibus infidelium (en tierras de infieles) otorgado por el Papa Pio VII.
Falleció en Sevilla el 15 de abril de 1835. Sepultado provisionalmente en la Catedral hispalense, permaneció allí hasta que en 1837 sus restos mortales se trasladaron a la Catedral lagunera donde permanecen.
Don Pedro José Bencomo y Rodríguez (1749-1828) y don Santiago Bencomo y Rodríguez (1754-1818), fueron destacados clérigos que contribuyeron al establecimiento de la Universidad de San Fernando, e impulsaron las obras de la Catedral de La Laguna, incluso con sus propios medios económicos. Pedro José fue doctor en Cánones, canónigo de la Catedral de Santa Ana de Las Palmas, primer deán de La Laguna y también el primer rector de la Universidad Literaria de San Fernando.
Don Santiago Bencomo y Rodríguez fue deán de la Catedral de Canarias. Se licenció y doctoró en la Universidad de Ávila. Obispo de Astorga, donde tomó posesión el 22 de enero de 1818. No pudo entrar solemnemente en el Obispado, ya que falleció en Madrid en el convento de San Antonio de los Capuchinos el 2 de marzo del mismo año.
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