El origen de la arquitectura religiosa en San Juan de La Rambla data de 1530, año en que comienza la construcción de la primera ermita situada donde hoy se encuentra la iglesia de San Juan Bautista. Este tipo de templos se han ido edificando lentamente durante más de cuatro siglos con el esfuerzo de los habitantes del pueblo, creándose un estilo constructivo sencillo acorde a sus posibilidades. La iglesia se construyó gracias a la iniciativa de los convecinos de los primeros asentamientos, especialmente cabe destacar a Martín Rodríguez, un poblador portugués que construyó una gran hacienda cerca del Barranco de San Juan, y de quien se cree que partió la idea de levantar una ermita, además financió los principales gastos para su construcción. Para poder realizarla fue necesaria también la colaboración de los vecinos en la medida de sus posibilidades. Estos erigieron la primitiva Ermita de San Juan. Con el paso del tiempo y ayuda de los feligreses, de las cofradías y de los sucesivos capellanes, se fueron realizando ampliaciones hasta dar lugar a la actual Iglesia. La primera ampliación se realizó entre 1553 y 1558, esto fue gracias al progresivo aumento de la población, surgiendo la necesidad de independencia de las parroquias del Realejo. En esta época se le daba una doble funcionalidad, por un lado poseía una capilla mayor donde se promulgaban las misas todos los domingos y fiestas de guardar; y por otro lado, existían tres o cuatro hileras de sepulturas, la mayoría de ellas pertenecientes al fundador de la ermita. En las siguientes décadas, los ingresos de la iglesia procedían de tributos de los fieles, limosnas, mandas testamentarias, parte proporcional de los diezmos, aperturas de sepulturas, etc. En los inicios del siglo XVII se incrementa su tamaño hacia occidente configurando el actual cuerpo que conforma hoy la Iglesia de San Juan Bautista, además se introdujeron elementos como la piedra bautismal a la derecha de la entrada, los arcos provenientes de las canteras de la zona así como un nuevo altas frente a la puerta lateral. En 1614, tras la visita del obispado, se ordena la construcción de un coro encima del bautisterio. La población crecía y se veía la necesidad de ampliar la iglesia debido a que únicamente se disponía de una nave. Entorno a 1686 los fieles empiezan a hacer donativos para la ejecución de las obras y fue el párroco don Juan Estévez de la Guardia quien vio culminada la ampliación de la Iglesia en una segunda nave. Posteriormente se construyen dos módulos anexos para darles uso de capillas. Por un lado la capilla de la Misericordia, perteneciente a la Cofradía de la Misericordia, que tenía como misiones importantes enterrar a los difuntos así como las celebraciones de la Cruz y Semana Santa, para lo que contaba con diversas imágenes y objetos de culto; actualmente es el retablo del Calvario. Por otro lado, la Cofradía del Rosario, con la intención de dar culto a la imagen, construyó a partir de 1648 cuando los cofrades empezaron a transportar piedras de las canteras próximas para la construcción del arco, finalizando las obras en 1664. Estando compuesta por una nave central y dos capillas situadas a los laterales de la misma. Es por esto que en el siglo XVIII ya se contaba con cinco naves. En octubre de 1722 se produjo un temporal de agua y viento huracanado sobre San Juan de la Rambla, esto produjo grandes desperfectos en la Iglesia disponiéndola en peligro de hundimiento. Las obras de reconstrucción duraron cuatro años y lo que se realizó fue un relleno con escombros de los alrededores para subir el nivel del suelo. Cien años después en 1826 se produjo otro temporal que casi arrasa nuevamente con la Iglesia, causando numerosos daños y víctimas. Existe poca documentación a cerca de la construcción de la torre, posiblemente parte fue hecha en la reconstrucción de 1726, y que en 1735 un feligrés realizó una donación para la construcción del campanario, este poseía un amplio balcón de madera a finales del siglo XIX. En 1953 se le añadió un segundo cuerpo con cubierta de tejas, en el cual se colocó un reloj. A finales del siglo XIX desapareció una dependencia cuyo uso era una sala mortuorio, como consecuencia de las obras generales que la circundan. Actualmente el recinto cuenta con dos naves originales y junto con los posteriores añadidos laterales. Tiene un grado integral de protección. Se encuentra en un muy buen estado de conservación, siendo el primer edificio religioso construido en el casco.
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