Se trata de una edificación de planta cuadrada con un patio central y distribuida en dos alturas; además cuenta con un solar anexo sin edificar. En la fachada principal posee un total de siete vanos adintelados distribuidos de manera simétrica pero desordenada. Cabe destacar los cuatro vanos situados en la planta alta cuyas carpinterías son de igual diseño, compuestas por tres cuerpos: un antepecho fijo de cojinetes, un cuerpo central compuesto por dos hojas con cojinetes y un montante superior fijo acristalado. Además dichos vanos cuentan con asientos curvos en el interior. En la planta baja, por el contrario sólo se sitúan dos ventanillos a los laterales de la puerta protegidos con barrotes de madera. La puerta principal da acceso al zaguán por el que se accede al patio interior. En la fachada lateral se encuentra un peculiar balcón de pequeñas dimensiones, elaborado con una estructura de madera, en su frontal se sitúan dos ventanas acristaladas de guillotina, está cerrado en todo su perímetro y posee una cubierta inclinada de un solo paño con acabado en la teja curva. El patio interior es una pieza clave de la edificación, y un ejemplo de la arquitectura tradicional canaria. Posee unas losas de piedra a lo largo de todo el suelo, además una galería elaborada en madera bordea la planta superior, esta está apoyada con pies derechos de madera sobre basas de piedra. Da acceso a dicha planta una escalera de dos tramos elaborada también en madera. Bajo dicha escalera se sitúa el acceso a una de las habitaciones de la planta baja. La cubierta de teja curva se distribuye a dos aguas, bajo el alero se sitúa una doble cornisa dentada de teja cobija.
|