Este conjunto edificatorio situado en la ladera de un cono volcánico, sobre el que se realiza un desmonte, obliga a adoptar una serie de soluciones arquitectónicas de adaptación a las distintas cotas de las plataformas realizadas para albergar las distintas áreas, deportivas, educativas y religiosas. De modo que se opta por realizar una serie de muros de contención capaces de contener el terreno sobre el que se desarrollan las distintas plataformas, distribuyendo estas en tres niveles principales. El nivel superior alberga el acceso a la capilla, configurada con un elemento exento, y acceso al edificio principal. Una segunda plataforma da acceso al parking y áreas escolares de la edificación principal, mientras que en una tercera, la de mayores dimensiones, se desarrollan las áreas deportivas y patios al aire libre. La edificación principal, se desarrolla mediante elementos prismáticos, configurados mediante la integración del programa funcional, desarrollando un módulo, desde la cota superior, de tres alturas, donde se desarrollan las estancias habitacionales del antiguo internado, así como las áreas comunes de la edificación. Bajo este nivel se desarrollan las aulas, adaptadas a la pendiente del terreno, mediante el escalonamiento de cuatro elementos rectangulares, orientados a norte, que mediante un leve desplazamiento de cotas entre aulas y espacios de circulación son capaces de introducir la luz a los pasillos por la parte superior de estos y dejando las aulas a cota inferior y con grandes cristaleras abiertas a las vistas del océano. La capilla situada en la cota superior y exenta del edificio principal, se configura como un elemento singular, gracias a la sorprendente cubierta alabeada que cubre la edificación. Esta edificación presenta una planta trapezoidal albergando la capilla a cota de calle y disponiendo bajo esta del área destinada al salón de actos. Para la realización de sus cerramientos se utilizaron bovedillas dispuestas de modo que los paños de cerramiento adquirieran texturas y volumen. En el interior la luz que atraviesa las vidrieras, situadas en la coronación de los muros, envuelve el espacio de un tono místico, situando el altar en el vértice sureste, donde un Cristo crucificado, sustentado mediante cadenas a la cubierta, parece levitar en el interior de la capilla.
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