Con el inicio de los años treinta, se acercaba el final de Belisario García al frente de la banda, lo que no fue impedimento para que acudieran a Santa Cruz en sus fiestas de mayo de 1930, publicándose un artículo en el periódico La Prensa, en el que se citaba a los antiguos directores, así como que sus componentes no percibían remuneración: “Lo verdaderamente prodigioso es considerar como ha vivido durante todos estos años la banda “Nivaria”. Sin retribución de ninguna clase, ni el director ni los músicos que la componen (..) llegando sus desvelos y desinterés en ocasiones, a tener que contribuir voluntariamente con su aportación económica, para el pago de uniformes y para cubrir otras atenciones precisas (…) Los únicos ingresos de esta banda son los que le producen las tocatas que se le piden; ingresos bien modestos, dada la escasez de las ocasiones de lograrlos que se les presentan…”. También se reflejaba el carácter autodidacta de éstos: “Detalle interesante también es que ninguno de los músicos que ha pasado por la dirección de la banda ha salido del pueblo a estudiar, ormándose a costa de ímprobos afanes, los conocimientos musicales precisos para el desempeño de tal cometido por sí solos…”. Dedica unas frases a Belisario García Siliuto: “… que lleva 32 años al frente de la banda, es un elemento entusiasta al que se debe el auge alcanzado en estos últimos años por la agrupación. En una lucha tenaz, venciendo innumerables dificultades, el señor García Siliuto ha logrado, no sólo sostener organizada la banda, sin interrupción, durante todo este tiempo, sino también mejorar su instrumental, uniformes, composición y la calidad de sus elementos en un interesante trabajo de selección, con una atención continua, y sin regatear en el empeño esfuerzos ni sacrificios”. Con respecto a los integrantes, añade el articulista que: “Consta la banda actualmente de 32 músicos, y podía tener hasta 40 y más si no fuera por la falta de instrumentos, pues hay muchos educandos, con sus estudios terminados, esperando a que se produzca alguna vacante para ingresar. Otro destacado acto en el que concurrió la “Nivaria” fue el recibimiento que el 17 de enero de 1935 se le hizo al Ministro de Industria y Comercio Andrés Orozco Batista. Primeramente en Santa Cruz cuando el político arribó a bordo del correillo “León y Castillo” y luego en Arafo, amenizando su llegada al Señor del Pino y posteriormente en un agasajo celebrado en el Casino “Unión y Progreso”. Lejos del municipio acudieron a Chimiche (Granadilla), los días 16 y 17 de junio y posteriormente a Guía de Isora del 14 al 16 de septiembre. Con motivo de la celebración de Santa Cecilia, se desplazaron el 24 de noviembre a La Laguna invitados por la banda de música “La Filarmónica” de aquella ciudad. En Arafo, el día de la Concepción intervinieron en la procesión y dieron un concierto compuesto por el pasodoble “¡Tercien!”, las fantasías “Lucrecia Borgia” y “Alma de Dios”, el fandanguillo “De Huelva”, la fantasía “Estrella Polar” para finalizar con el pasodoble “San Alfonso”. La “Nivaria” actuó de nuevo en una conmemoración de la proclamación de la República, esta vez en Arafo, el 14 de abril de 1936, junto a “La Candelaria”. Por esa tocata cobró del Ayuntamiento unas 35 pesetas. La junta directiva estaba integrada por Luis Marrero Romero como presidente; Rodolfo García Díaz, tesorero; Eduardo Curbelo Fariña, secretariocontador y vocales León Expósito Rivero y Rizal Fariña Núñez. Las dificultades aumentaron con la guerra civil, período en el que aún ejercía de presidente Luis Marrero Romero y como secretario Eduardo Curbelo, aunque a partir de 1937 la presidencia de la sociedad pasó al exalcalde Antonio Torres Campos. A las ausencias motivadas por la movilización hay que unir la crisis económica propia de un país en conflicto bélico. En diciembre de 1936, la banda giró la cantidad de 5’40 pesetas como aguinaldo de Pascuas a tres músicos que estaban luchando en la Guerra Civil. Como contrapartida, José Pestano incorporó a la “Nivaria” músicos retirados que habían quedado en el pueblo y “organiza variedad de festivales y conciertos para recabar fondos, comprometiendo a los seguidores”. Participaron en eventos propios de la época, como el acto de Exaltación Patriótica y Propaganda de la suscripción Nacional en Oro el 17 de mayo de 1937, la visita del Gobernador Civil el 5 de junio o cuando el 8 de diciembre de ese año fueron a Arafo unos sesenta cadetes falangistas. También se pretendió politizar a la agrupación al querer adscribirla a Falange, intento que fue frustrado. Ello provocó la baja de varios músicos, aunque al poco tiempo fueron reemplazados por nuevos elementos. El Ayuntamiento contribuiría con sus escasos fondos al sustento del conjunto, pues en 1938 dio una subvención de 40 pesetas. Pero la llamada a filas de muchos de sus miembros provocó que la sociedad pasara por unos meses de inactividad, hasta que nuevamente volvió a salir a la calle el 25 de junio de 1939 con un concierto y participando en la procesión de San Antonio. Acudieron a las fiestas de San José en El Escobonal los días 5 y 6 y luego, como era habitual, intervinieron a fin de mes en las patronales de Arafo.
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