Fueron los Carta una de las familias más influyente en Santa Cruz de Tenerife durante el siglo XVIII, tanto por su indiscutible poderío económico, cimentado sobre sus actividades mercantiles y marítimas, cuanto por su proyección en la vida social, tanto civil como religiosa del entonces Puerto y Plaza Fuerte. El iniciador de la saga fue don Matías Rodríguez Carta, nacido en 1675, en Santa Cruz de La Palma, de padres también palmeros (él de la Villa de San Andrés y ella de la propia capital palmera) que, dedicado al comercio canario-americano, se casó el 17 de diciembre de 1696, por tanto con sólo 21 años, con la santacrucera doña Concepción Domínguez Perdomo en Santa Cruz de Tenerife, donde a partir de ese momento se avecindó. Dejando aparte la especial protección que brindó a la parroquia santacrucera de la que fue su más destacado mecenas como atestiguan su hermoso púlpito y la capilla-panteón que sirvió de enterramiento a su familia, considerada como la joya del espacio barroco en Canarias, entre otras muchas atenciones; e igualmente a la ermita de Ntra. Sra. de Regla a la que dotó de sacristía y retablo y diversas prendas, la proyección civil de los Carta se materializó en las distintas casas que tuvieron. Situado al Noroeste del casco urbano de Arafo, en un sector de medianías conocido como Morra el horno, se encuentra un conjunto edificatorio, probablemente vinculado a la familia cartas, edificado durante el siglo XVIII para albergar una gran explotación agraria y un coto de caza. La edificación ha llegado a nuestros días, manteniendo gran parte de los elementos típicos de este tipo de explotaciones. Mostrando aún las zonas de establos con sus pesebres, una gran era conjuntamente con el lagar que nos ocupa y diversos aljibes y depósitos de agua servidos por la galería de lo de cartas. La era presente en este complejo queda ubicada al norte y en un área bien ventilada, siendo la superficie al aire libre preparada para trillar y aventar los cereales.
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