La iglesia de San Francisco perteneció al antiguo convento de San Pedro de Alcántara fundado hacia el año 1680. Su planta de salón se divide en tres naves. Hacia el 1722 estaba concluida la capilla mayor y sacristía. Entre 1750-1782 se procede a la ampliación de las naves y al levantamiento de la torre. A finales del siglo XVIII, la fábrica estaba prácticamente finalizada, manteniendo su traza hasta la actualidad. En su interior destacamos las cubiertas mudéjares y especialmente el artesonado del presbiterio decorado con el tema de "la exaltación mariana y de la eucaristía". Llama la atención las pinturas del arco toral con el tema de la "defensa de Carlos III del dogma de la Inmaculada", realizado en 1777 por encargo del padre Delgado Sol. Los retablos son del barroco tardío, y entre ellos destacamos el de la capilla Mayor. El convento fue objeto de la desamortización y tras la orden de supresión de 1821, sus enseres y pertenencias pasaron al crédito público; los objetos de culto, a la parroquia y los objetos no culturales, al Gobierno. Las casas del convento fueron solicitadas por el Ayuntamiento para instalar las casas consistoriales, la Diputación Provincial, la Junta Provincial de Sanidad y las escuelas de primeras letras, Dibujo y Náutica. Sobre las huertas del convento Oraá trazó la Alameda del Príncipe. La iglesia sufrió una reedificación en 1833, elevándose a parroquia en 1869. De la desamortización se salvó la iglesia, la torre, construida entre 1700 y 1775. En cuanto a la capilla de la Orden 3ª, hubo de ser devuelta al no ser propiedad de los frailes.
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