LA CAÑADA

San Cristóbal de La Laguna
- Rutas y Guias. Caminos y Senderos -




   Muy pocos recuerdan a los ovejeros de La Esperanza, que para pastorear sus animales hacia Anaga, debían evitar los cultivos de la vega de Aguere, y tenían que ir sobre uno de los dos cordones de montañas que la flanquean. Y menos aún queda la memoria de la vuelta que daban cuando para trasladarse desde Gracia a la Cruz Chica, se les prohibía cruzar por los campos de cereales de los Rodeos. Esta vuelta fue la que prestó nombre al lugar.

   Estos tres itinerarios -el llano del rodeo más los dos ondulantes sobre las alturas- se cruzan entre sí y crean un peculiar anillo de cañadas que circundan la ciudad, es La Cañada (o Cañadas) de La Laguna. Para los mayorales y pastores constituyó un destierro hacia fuera de la planicie a causa de las disposiciones de hace quinientos años, durante la fundación de la villa.

   Tenemos suerte que a pesar de los cambios producidos en el territorio, en especial en el último medio siglo, la traza circular permanece reconocible en su gran mayoría.

Fuente: Miguel Pérez Carballo.



La Cañada

- Las montañas y los cursos de agua que configuraron la ciudad. Si el cinturón de alargadas y continuas lomas no existiese y solo dispusiéramos de un llano, quizás habría que inventarlas, para poder recibir sus beneficios: atemperar el clima, sus posibilidades senderistas, paisajísticas y por las orientaciones de las laderas que proporcionan una diversidad de ambientes bioclimáticos. Asimismo, las aguas del cielo arrastran las tierras de aluvión y forman los barrancos y los barranquillos como aquellos que hace siglos las depositaban en el charco, esa laguna de agua que la bautizó. Porque sin esas montañas, La Laguna no sería Patrimonio de la Humanidad. Ellas también crearon los cursos de aguas que orillaban la ciudad fundacional y que ajustaron su trazado urbanístico. El anfiteatro del valle de Aguere y los barrancos, es decir, la montaña y el agua, han formado parte de la ordenación de la villa, más allá de la pura orografía.

- Las montañas-murallas. Una defensa pasiva. Representan también una defensa militar orográfica -no solo porque la envuelven sino por las fuertes pendientes hasta el nivel del mar-, suficiente para que nunca se planteara la fortificación de la villa a base de murallas. Estas alturas también sirvieron de vigías con la elección de al menos tres atalayas de observación contra piratas, desde las que se enlazaba por la vista con otras para cubrir toda la costa de Tenerife. Así lo fueron -alineados con el eje longitudinal de la Villa de Abajo- las montañas de la Atalaya y San Roque, ésta tan cercana que provee de sombra mañanera a la villa y escenario de la batalla de La Laguna contra los guanches. Más próximo en el tiempo, quedan algunas huellas de la 2ª Guerra Mundial, al igual que al otro extremo, bajo el Púlpito, unos depósitos para carburantes excavados anejos al aeropuerto.

- Peculiar cañada ganadera. Desde la conquista, las prácticas castellanas controlaron la tradición ganadera guanche imponiendo algunas obligaciones como las reuniones de la mesta  o la creación de estas cañadas. Durante siglos continuó siendo el paso para las ovejas, cabras y ganado mayor que se obligaba a dar una vuelta para no atravesar las dehesas ni las zonas cerealistas, y debían ir por las montañas, mientras sus laderas sí se reservaban para cabras y ovejas.

- El paisaje desde el anfiteatro. La Cañada facilita una ronda sobre un cordón de montañas -algunas de una gran fuerza plástica como La Gallardina, Mesa Mota o el Púlpito-por los bordes del anfiteatro que acorrala a la vega lagunera. Discurre por o cerca de la divisoria de aguas, excepto en la única zona más llana-en los límites con el Rosario-aunque allí el trazado se sigue situando en una posición visual ventajosa con respecto a la villa.

En su trazado se ofrece un circuito enriquecedor con unos panoramas cambiantes hacia todo el entorno, con la mirada tanto hacia el valle de Aguere como hacia otros puntos culminantes del exterior.

- Patrimonio ambiental. Según la orientación y la influencia de los alisios se encontrará una rica variedad vegetal. Encontramos pastos, restos de fayal-brezal, de laurisilva (además de tocar el antes conocido por Monte del Obispo, ahora Las Mercedes); eucaliptos o acacias introducidos, árboles frutales, huertos y panes. Se pisa y se observa un catálogo de suelos geológicos o volcánicos.

- Sendero circular. El camino de los mayorales situado en las alturas panorámicas atraviesa una docena de vías que parten desde el mismo corazón de la ciudad primigenia, desde las calles principales como inicio de todos los caminos reales de la isla (salvo el de Chasna desde La Orotava). Estas vías radiales estructuraron el campo y los cultivos con las suertes desde las Datas del Repartimiento de lotes de terrenos después de la conquista, sistema que ha perdurado casi hasta la fecha y que aún se ve en la distribución de las parcelas catastrales perpendiculares a los caminos.

La Cañada se convierte en un repartidor o distribuidor de caminos del nordeste hacia todos los puntos cardinales. Resuelve el cruce de La Laguna para el GR-131 (Sendero de Gran Recorrido que debería atravesar toda la isla). Será el futuro PR (Sendero de Pequeño Recorrido) La Cañada, como embrión de los caminos del nordeste. Supone el campo de los deportes porque las características de su firme permiten compatibilizar el paseo con otras actividades deportivas como carreras, bici o hípica.

- Canteras y cuevas. En los márgenes del recorrido aparecen escasos abrigos y cuevas. Se pasa cerca de muchas canteras de donde se extrajeron piedras para las construcciones y calles de La Laguna.

- El agua, el factor crucial de la historia de la villa. Es la ruta de las doce fuentes, casi inexistentes en el llano. También se atraviesan los restos de la conducción de aguas a la ciudad, que ha constituido una auténtica epopeya de esfuerzos y dineros durante varias centurias.

Fuente: Miguel Pérez Carballo.



La Cañada

MUNICIPIO:  San Cristobal de La Laguna.

ZONA:  Noreste de la isla de Tenerife.

Trazado del anillo de la Cañada )



La Cañada

Espacio Natural Protegido (ENP) Parque Rural de Anaga (TF-12)

Zona Especial de Conservación (ZEC) Anaga (96_TF)

Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) Anaga (ES0000109)

Aprobación Definitiva  (octubre de 2004) de la Adaptación del Plan General de Ordenación Urbana al Decreto Legislativo 1/2000 de 8 de mayo, por el que se aprueba el Texto Refundido de las leyes de Ordenación del Territorio de Canarias y de Espacios Naturales de Canarias


- Figuras y textos: Miguel Pérez Carballo y Unidad de Caminos y Senderos (UCASE) de la Fundación CICOP.

- Fotografías: Isidro Déniz, Miguel Pérez Carballo y Unidad de Caminos y Senderos (UCASE) de la Fundación CICOP.


Descripción Documento Descargar Documento
El trazo de la Cañada, en verde (en azul, el lazo el Majano), se adorna de algunas escogidas panorámicas, los caminos radiales y con algunos topónimos de las montañas, de los valles y parajes exteriores a la Vega. Fuente: Esquema y texto de Miguel Pérez Carballo.
Los caminos de mediados del XX: Disposición radial. La Cañada (como un circuito, trazada, en rojo). Fuente: Esquema y texto de Miguel Pérez Carballo.
Trazado del anillo de la Cañada (en amarillo) sobre uno de los planos del PGO de San Cristóbal de La Laguna (no se han dibujado los caminos radiales, también habilitados). Fuente: Miguel Pérez Carballo.
La Cañada, dentro de un Plan General de Movilidad, regala elementos, o hitos atractivos, (mostrados en este esquema) que promocionarán el senderismo en el municipio de La Laguna y terminarán por contagiar a la isla entera, como la forestación que conseguirá la continuidad de los montes a lo largo de todo Tenerife. Otros elementos: la diversidad entre las laderas de barlovento y los barrancos y valles del sureste; las vistas hacia el Teide y a los mares del norte y del sur; los cultivos tradicionales de cereales y las viñas cercanas de Tegueste y Tacoronte; la formación geológica de la vega lagunera rodeada de suaves montañas; los conos volcánicos; la torrentera del barranco de Santos desde la Cruz del Carmen; la laguna que le dio nombre; la recreación de jardines, zonas de ocio y de acampada; las que fueron fuentes, atalayas de piratas y canteras. Fuente: Esquema y texto de Miguel Pérez Carballo.
Se representa en esquema el circuito de la histórica Cañada con la recreación de los caminos que permiten la movilidad hacia fuera del valle de Aguere. En la fundación inicial de la ciudad, no hubo separación entre lo urbano y el campo, aunque se cercaran con “albarradas” (muros de piedra seca) para defensa de los ganados. Se podía pasear junto a las tapias del circuito que limitaba a la ciudad y además, por las montañas que la rodeaban, a lo largo de una ancha cañada para trasladar los rebaños sin que atravesasen las partes llanas. Fuente: Esquema y texto de Miguel Pérez Carballo.

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