La Casa del Barco fue en sus orígenes la vivienda del medianero de la Finca de la Verdellada, que pertenecía en el siglo XVI a la familia de Villanueva del Prado, propietarios en generaciones posteriores del Palacio de Nava. En los siglos XVI y XVII las fincas de la Verdellada y Barrio Nuevo estaban cultivadas de viñas, que en el caso de Barrio Nuevo era de uva blanca, de ahí el primitivo nombre de Viña Nava, y las de la Verdellada de una uva verde de origen portugués denominada Verdello, de ahí el nombre de Verdellada. La Casa del Barco era el centro de toda la zona de viñas verdellas. En el siglo XVI de la actual Casa del Barco solo existía el aljibe y una serie de chozas aledañas. La primera edificación formal de la casa es del siglo XVII, cuando aparece ya reflejada en los planos de la capitanía general de Canarias. Entorno a la Casa del Barco empiezan a aparecer una serie de casitas a lo largo del siglo XX, que son el origen actual del barrio de La Verdellada y de las cuales aun quedan algunas edificaciones. A finales del siglo XX mora en la vivienda un coemerciante marinero de origen alemán, quien construye en la copa del alcornoque un barco fabricado de madera, que usaba como lugar para merendar. Fue construido con el fin de divisar los barcos que venían por la costa a Santa Cruz, misión que nunca logró su objetivo por la lejanía. Desde ese entonces, y dada la originalidad y el impacto que suponía ver un barco en la copa de un alconoque tan lejos del mar, la gente empezó a frecuentar el lugar y fue apodado como "la Casa del Barco". En la década de los 90, y como consecuencia del PERI de los ochenta, la casa estuvo amenazada por la ampliación de la avenida de La Salle que estaba trazada por encima de la misma. De hecho las excavadoras llegaron hasta su puerta y se derribó el tanque pequeño que había a los pies del alcornoque. A mediados de los 90 se inició en la Verdellada un movimiento para su salvación por parte de las Asociaciones de vecinos del barrio. Fruto de este movimiento vecinal y tras una negociación consensuada con el ayuntamiento, se estableció la salvación de la casa proyectando una vía alternativa por el norte de la misma, denominada por los vecinos como "Variente de la Casa del Barco", además de establecer como vía peatonal la Avenida de La Salle en el tramo que transcurre en paralelo a la misma, cuyo tráfico rodado sería desviado por la citada variante.
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