El origen de estas edificaciones religiosas se remonta al siglo XVIII y principios del XIX. La mayoria se vincula al culto a la Santa Cruz que ya comenzó a arraigar en la ciudad siglos antes con la llegada de los conquistadores. De ahí la denominación de Capillas de Cruces. Otras, sin embargo, sirvieron de oratorio particular a los dueños de los inmuebles significativos, como fué el caso de las capillas de "La trinidad y La Cruz Verde", pertenecientes a las Casas Peraza de Ayala y Salazar Oraa respectivamente. La naturaleza de estas capillas es urbana y algunos gremios de la ciudad promovieron su construcción para que albergaran la cruz devota de sus cofradías; es el caso de la "Capilla de Cruz de Los Plateros y Cruz de Los Herreros". Otros ejemplos que se conservan son la Capilla de Cruz de Rodriguez Moure y la Capilla de Cruz de San Francisco. A través de Bienes Culturales relacionados o de Fichas relacionadas puede acceder a cada uno de estas tipologías arquitectónicas.
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