Las tipologías arquitectónicas presentes en el casco muestran, en gran parte los rasgos propios de la arquitectura tradicional, aunque modificadas por las corrientes estilísticas que se imponen a lo largo del XIX.
Se trata, en general, de viviendas espaciosas, organizadas en torno a un patio central, con habitaciones comunicadas mediante corredores, categorizadas en la Guía del Conjunto Histórico de Arona como Arquitectura Tradicional Rural "Señorial". Las variaciones ofrecen una distribución simétrica de huecos en fachada, con predominio de ventanas de guillotina, ausencia de balcones (sólo existe una vivienda con balcón la Casa de los Baute). Existe una variedad de viviendas cubiertas de teja o con azotea, esto último es muy característico de las edificaciones del sur de la isla, siendo frecuente la cubierta plana en las crujías principales y el remate de la fachada mediante un parapeto de mampostería. Éstas muestran la sobriedad propia de un ámbito tradicionalmente alejando de los centros en los que cuajaron las influencias exteriores. En el conjunto alternan viviendas de dos alturas, vinculadas a la burguesía rural más acomodada, con patio central o lateral, delimitado por galerías abiertas, con una distribución de dependencias característica de la arquitectura doméstica canaria.
Un segundo tipo de vivienda corresponde a la casa de una planta o terrera, asociada a una población más humilde, categorizada en la Guía del Conjunto Histórico de Arona como Arquitectura Tradicional Rural "Popular", con una especial concentración en la calle Domínguez Alfonso y calle La Luna, mostrando las variaciones propias de finales del siglo XIX en cuanto a la composición de fachadas. Por último, una tercera tipología arquitectónica responde a Haciendas Rurales, actualmente integradas en el núcleo urbano, con dependencias e infraestructuras propias de la vida campesina. Son los casos de la Casa de los Tavío y la Casa de Mesa, en el extremo oriental del núcleo urbano y rodeadas de antiguos bancales no ocupados por la edificación. En este mismo sector, el Calvario, datado en 1877 aunque con obras de mejora hasta la primera década del siglo XX, ofrece un lenguaje clasicista, destacando sobre un promontorio que domina el Valle San Lorenzo y aglutina otro ámbito urbano de cierto interés.
Las edificaciones de mayor entidad se localizan en el entorno de la plaza, destacando en ella la Iglesia parroquial de San Antonio Abad, construida a finales del siglo XVIII y reedificada en el XIX.
Referencias bibliográficas: Guía del Conjunto Histórico de Arona.
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